En toda la historia de la humanidad, el hombre ha procurado garantizar y mejorar su nivel de vida mediante un
mejor conocimiento del mundo que le rodea y un dominio más eficaz del mismo, es decir, mediante un desarrollo
constante de la ciencia.
Hoy en día, estamos convencidos de que una de las características del momento actual es la conexión indisoluble,
la muy estrecha interacción y el acondicionamiento mutuo de la sociedad con la ciencia. La ciencia es uno de los
factores esenciales del desarrollo social y está adquiriendo un carácter cada vez más masivo.
El Aprendizaje y Servicio (APS) es una metodología que integra el aprendizaje de contenidos, habilidades y
valores para extrapolarlo al servicio de la sociedad.
El desarrollo de experiencias científico-prácticas, entre alumnado del ESO y primaria, ayuda a alcanzar sinergias
de aprendizaje entre etapas y hacer más práctico el aprendizaje cooperativo y conceptual.
Se trata de una herramienta de innovación educativa que permite avanzar hacia un nuevo formato educativo más
atractivo dirigido hacia el lema: “ENSEÑAR PARA APRENDER”.
La planificación y la creatividad son los pilares de la articulación del sistema educativo en la metodología
“aprendizaje-servicio”. La sistematización del proceso ayuda a alcanzar mejoras en la calidad y equidad educativa,
previniendo el fracaso escolar y promover la reinserción escolar de niños y jóvenes en situaciones críticas.
El alumnado que desarrolla esta competencia debe aprender a observar, formular, experimentar, indagar y hacer
búsqueda de evidencias para comprobarlas y predecir posibles cambios, con el fin de aplicarlas para mejorar la
realidad cercana y la calidad de vida humana.
Por ello, el uso de estrategias propias del trabajo colaborativo y cooperativo, potencian el crecimiento entre iguales como base emprendedora de una comunidad científica crítica, ética y eficiente. A la vez que construyen un nuevo conocimiento y enseñanza al articular la conexión entre etapas educativas diferentes.